Durante toda la vida he escuchado decir que, en los mas duros momentos o circunstancias más difíciles, es cuando se conoce a los buenos, a los mejores. Incluso en el campo deportivo, en deportes de conjunto, siempre se ha esperado que cuando el equipo va perdiendo es cuando los mejores jugadores deberán aparecer y liderar la recuperación.
Todos los análisis de los expertos apuntan a que este será un año de desaceleración, donde nuestro país pasará de tener uno de los crecimientos mas altos de América Latina en 2022 a un bajo crecimiento que podría estar alrededor del 1%, incluso algunos especialistas se atreven a predecir una cifra menor. Con una inflación del 13,12%, la mas alta en los últimos 20 años jalonada por los altos precios de los alimentos y por una alta devaluación que ha llevado el peso a niveles muy cercanos de los $5.000, el banco de la república ha tenido que incrementar las tasas de interés a niveles no vistos por muchos años, buscando controlarla y llevarla a niveles razonables. Todo esto ha llevado ya a que se empiecen a identificar muestras de desaceleración en el consumo de los hogares y de las empresas. Claramente nos enfrentaremos a un año donde los hogares cuidarán su bolsillo y priorizarán sus gastos, darán prelación a sus necesidades básicas, sin endeudarse y evitando gastos innecesarios.
Así pues, nos encontramos ante un año de grandes desafíos y como en la vida y en el campo deportivo, tendremos empresarios e inversionistas creativos que demostrarán de que están hechos. Deberán enfrentarlo a través del uso de la tecnología y de la eficiencia, definitivamente se requiere ser más productivos, es decir, hacer más con menos. Adicionalmente, muy probablemente se presentarán oportunidades muy atractivas para invertir, por ejemplo, para comprar empresas que puedan generar esas eficiencias mencionadas, así como sinergias y crecimientos de mediano y largo plazo. Es la oportunidad para nuestros empresarios e inversionistas de demostrar de qué estamos hechos.